El País.com
La policía de Las Palmas detiene a cuatro sospechosos
A patadas y puñetazos en la cabeza. Así murió el domingo de madrugada en Las Palmas de Gran Canaria el joven Iván Robaina Rodríguez, de 19 años, estudiante de la Facultad de Traductores e Intérpretes, quien había salido con sus amigos a pasar una noche de marcha por los bares de la zona del Puerto. La policía ya ha detenido a cuatro sospechosos, un grupo de jóvenes con antecedentes por robos, tras ser identificados por uno de los amigos de la víctima como autores de la paliza mortal. Al menos uno de ellos ha reconocido que participó en la agresión, según fuentes policiales.
Los hechos ocurrieron poco antes de las cuatro de la madrugada en una de las zonas de bares más concurridas de la ciudad. Iván y sus amigos iban a una discoteca. Según los testigos, cuatro jóvenes se acercaron al grupo de la víctima para pedirle dinero. Iván les dio un euro. Sin embargo, mientras sus amigos seguían hacia la discoteca, él se quedó rezagado y los cuatro jóvenes que le habían pedido dinero, insatisfechos con la cantidad recibida, le dieron una brutal paliza con patadas y puñetazos en la espalda y la cabeza.
Sucedió muy rápido. Cuando sus amigos descubrieron la ausencia de Iván, regresaron sobre sus pasos, pero éste ya estaba tirado en el suelo e inconsciente. Algunos sanitarios que se encontraban en la zona intentaron reanimarle, sin éxito, al igual que los efectivos de Urgencias que se trasladaron al lugar.
Según el informe forense, Iván tenía una costilla y la mandíbula rotas y una hemorragia cerebral fruto de un fortísimo golpe en la cabeza, presumiblemente una patada, que le causó la muerte tras entrar en parada cardiorrespiratoria. El cadáver del joven Iván fue incinerado ayer en una ceremonia llena de rabia contenida y dolor. "Sus padres están destrozados. Era su único hijo", aseguraba ayer un amigo de la familia, que añadió: "Al chico le dieron patadas hasta matarlo. Ha sido algo inhumano".
Los amigos de la víctima convocaron ayer, por Internet y mensajes de móvil, una concentración de repulsa ante estos hechos y en demanda de mayor seguridad ciudadana, prevista para el próximo 14 de diciembre en Las Palmas. Iván Robaina era el hijo único del matrimonio formado por Rafael Robaina, profesor en la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y Ángeles Rodríguez, profesora de Dibujo en un instituto en Telde.
Los hechos ocurrieron poco antes de las cuatro de la madrugada en una de las zonas de bares más concurridas de la ciudad. Iván y sus amigos iban a una discoteca. Según los testigos, cuatro jóvenes se acercaron al grupo de la víctima para pedirle dinero. Iván les dio un euro. Sin embargo, mientras sus amigos seguían hacia la discoteca, él se quedó rezagado y los cuatro jóvenes que le habían pedido dinero, insatisfechos con la cantidad recibida, le dieron una brutal paliza con patadas y puñetazos en la espalda y la cabeza.
Sucedió muy rápido. Cuando sus amigos descubrieron la ausencia de Iván, regresaron sobre sus pasos, pero éste ya estaba tirado en el suelo e inconsciente. Algunos sanitarios que se encontraban en la zona intentaron reanimarle, sin éxito, al igual que los efectivos de Urgencias que se trasladaron al lugar.
Según el informe forense, Iván tenía una costilla y la mandíbula rotas y una hemorragia cerebral fruto de un fortísimo golpe en la cabeza, presumiblemente una patada, que le causó la muerte tras entrar en parada cardiorrespiratoria. El cadáver del joven Iván fue incinerado ayer en una ceremonia llena de rabia contenida y dolor. "Sus padres están destrozados. Era su único hijo", aseguraba ayer un amigo de la familia, que añadió: "Al chico le dieron patadas hasta matarlo. Ha sido algo inhumano".
Los amigos de la víctima convocaron ayer, por Internet y mensajes de móvil, una concentración de repulsa ante estos hechos y en demanda de mayor seguridad ciudadana, prevista para el próximo 14 de diciembre en Las Palmas. Iván Robaina era el hijo único del matrimonio formado por Rafael Robaina, profesor en la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y Ángeles Rodríguez, profesora de Dibujo en un instituto en Telde.
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