La Verdad
Como todos los años, tal como establece la normativa de la UE, durante la madrugada del último domingo de octubre -esta madrugada- los relojes se retrasarán una hora para favorecer el ahorro de energía y aumentar las horas de luz solar.
A las 3.00 horas del domingo las manecillas del reloj deberán retrasarse hasta las 2.00 horas, por lo que se dormirá una hora más. En Canarias, el retraso deberá realizarse a las dos de la madrugada, pasando a ser la una.
El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir menos electricidad en iluminación.
Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años. Esta directiva está avalada por un estudio sobre su alcance y efectos, presentado al Parlamento Europeo en 1999.
El estudio concluye que las repercusiones del cambio de hora presentan un «balance positivo», pues favorecen al ahorro de energía y a la salud pública, en cuanto a que los largos atardeceres fomentan deporte y actividades al aire libre.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA), entidad pública del Ministerio de Industria, el potencial de ahorro en iluminación en España por el cambio de hora puede representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles (6 e por vivienda), mientras que los otros 210 millones se ahorrarían en el sector servicios y la industria.
Al margen del cambio horario, Industria recomienda contribuir al ahorro de energía con un «uso inteligente» de la energía en el hogar, tanto en iluminación como en climatización y compra de electrodomésticos eficientes, entre otras medidas.
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