SANTIAGO DE COMPOSTELA, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, advirtió ayer que "cada voto" en las próximas elecciones gallegas del domingo "puede valer un gobierno" y aseguró que "es lo mismo" votarle a él que al candidato socialista a la Xunta, Emilio Pérez Touriño.
Ante unas 4.000 personas que se dieron cita en el recinto ferial de Amio, en Santiago de Compostela, el presidente del Ejecutivo central alertó de que si el secretario xeral del PSdeG y candidato a la reelección como presidente de la Xunta "no consigue el domingo los votos necesarios para ganar, el lunes ya no se podrá reparar".
Tras insistir en que "cada voto es decisivo", pidió a los "progresistas" que apoyen al que describió como "un gran presidente para Galicia" y definió la abstención como "la opción más triste de todas" y "la única esperanza que tiene el PP de ganar".
"Entrego toda mi energía para ganar las elecciones", proclamó Zapatero, quien defendió que votar a Touriño es "ir hacia delante" y que votar al PPdeG, al que se refirió como "el partido de Baltar", es "volver hacia atrás".
Apoyó esta afirmación en que el PP "tiene en sus filas y ríe las gracias a un político que ha insultado gravemente y de manera indecente a sus adversarios políticos como ningún dirigente de la extrema derecha europea", censuró en relación con una intervención del presidente de la Diputación de Ourense en la que llamó "maricón" al cabeza de cartel socialista por la provincia.
"Sé muy bien que la inmensa mayoría de los gallegos no aceptan que les represente gente como Baltar", celebró, y reiteró la petición al voto "en favor de la educación y el respeto", ya que, a su juicio, "no se puede consentir" una actitud "indigna e inaceptable" como la del popular.
ARGUMENTOS
Entre constantes aclamaciones de "presidente, presidente", Zapatero pidió el voto de los jóvenes "en favor de un paso más del cambio iniciado hace cuatro años". "Costó mucho trabajo conseguirlo y hay que saber mantenerlo", proclamó, y apeló también a "quienes padecieron la imposición y el caciquismo".
Del mismo modo, se refirió a las mujeres de Galicia, a las que recordó que "con cada voto se logra más igualdad y se defiende la paz y la libertad"; y a todos los gallegos, para lo que argumentó que la subida de las pensiones y la defensa de las prestaciones y las políticas sociales son obra de los socialistas.
"Un gran número de gallegos me dieron su apoyo para seguir gobernando España hace cinco años y hace cuatro. Hoy os quiero decir que para que el proyecto siga adelante, hay que votar al PSdeG el domingo", reclamó el dirigente socialista.
Por último, erigió a Touriño en "gobernante tolerante y buen demócrata" y reiteró su petición de voto esgrimiendo que los cuatro primeros años de su gobierno sirvieron para "lanzar el cambio" y que "los cuatro siguientes se dedicarán a hacer todas las cosas por las que han votado los gallegos".
COMPROMISO CON GALICIA
Zapatero terminó de ganarse a su público cuando utilizó la presencia de cuatro ministros gallegos en su gabinete para argumentar que Galicia "tiene una cantera como ningún otro sitio de España". "Cuando pienso en alguien para un puesto de responsabilidad que sea el mejor, casi siempre me aparece un gallego", lanzó a un público que no cesaba de aplaudir y vitorear, y esgrimió que esta asignación se debe a su vicesecretario general, el lucense José Blanco.
Contrapuso a Blanco con otro gallego, el presidente del PP, Mariano Rajoy, e ironizó con que el popular "se pone nervioso" frente a él porque "desde que coinciden en las cúpulas de ambos partidos, el PP no deja de ir hacia abajo y el PSOE de ir hacia arriba".
"A GANAR"
Finalmente, Zapatero se mostró "convencido de poder decir" que los socialistas "cumplieron con una Galicia que está cambiando". Así, volvió a apelar a los jóvenes que "hicieron posible el cambio en España" y que "sufrieron un trato impresentable durante la catástrofe del Prestige" y a las mujeres para animarlos a "votar masivamente" y a las mujeres.
"A ganar, Emilio, por la gente de tu tierra y por la gente del partido, que son estupendos. ¡A ganar, Emilio", proclamó, y avanzó que la actitud de su partido ante la victoria será "como ha sido siempre, con humildad y con la mano tendida".
RAJOY SE SUMA AL GRITO DE "CAMBIO" DE FEIJÓO
Por su parte, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, se sumó ayer al grito de "cambio" que ha repetido en todos sus actos de campaña el candidato popular a la Presidencia de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y, para justificar la "necesidad" de castigar a PSOE y BNG en las urnas, aseguró que, ante la crisis económica, los socios de la Xunta son "un peligro" y "una máquina de generar desempleo".
"Con esta gente no se va a ninguna parte", sentenció durante un mitin en Ourense ante más de 5.000 personas, donde, junto con Feijóo, Rajoy decidió cerrar la campaña electoral, acompañado de otros dirigentes nacionales, como la vicesecretaria de Organización, Ana Mato; o el secretario de Relaciones Internacionales, Jorge Moragas.
Así, se refirió al bipartito como "un paréntesis" ya que, tras recordar que empezó su carrera política en Galicia, aseguró que el de esta legislatura fue "el peor Gobierno de la historia". "Hay que cambiarlo y hay que poner a Feijóo", continuó, y repitió esta expresión varias veces a lo largo de su discurso.
El líder nacional se deshizo en elogios a Feijóo, a quien erigió en el "mejor candidato" y el "más listo", además de "competente, trabajador y eficaz". También reivindicó el papel del PP para hacer frente a la crisis económica. "No nos asustan las dificultades", garantizó, y puso como aval su gestión económica cuando los populares ocuparon el Gobierno central.
"ANTIPATRIOTAS"
"Sabemos hacerlo y volveremos a demostrarlo", sentenció y, frente a esto, acusó al PSOE de "hipotecar al país en 800 millones de euros al día". "¿Quién es ahora el antipatriota?", preguntó, mientras el auditorio gritó: "queremos trabajo".
También alegó que el bipartito "ha demostrado que no sirve" y, como prueba de ello, aludió al A-8 que utiliza el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, como coche oficial; a la urbanización conocida popularmente como 'villa PSOE'; y a las obras realizadas en la casa del conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, en San Amaro. "¿Por qué no nos explican eso?", retó, y también se preguntó "por qué no explican lo que pasa en Málaga", en relación a la operación contra supuesta corrupción en Málaga y Huelva.
Por otro lado, denunció el incumplimiento de la Ley de Dependencia y de las obras del AVE gallego, y también aludió a la imposición lingüística. De esta manera, defendió el derecho de los padres a educar a sus hijos "como les dé la gana", sin que venga "ningún listo" a decirles cómo tienen que hacerlo. "Libertad", proclamó, y el auditorio repitió el grito.
Tras todo esto, señaló que "cuanto antes" llegue el cambio político "antes se empezará a crear empleo". Así, enfatizó el "coraje, valentía y ganas" del PP para gobernar Galicia y, por esta razón, dio por hecha la victoria electoral. "Tenemos los mimbres, los cimientos, nuestra historia de compromiso con Galicia", manifestó, y pidió el "esfuerzo" de la militancia para conseguir, no sólo mantener los ocho escaños actuales, sino llegar a nueve.
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, advirtió ayer que "cada voto" en las próximas elecciones gallegas del domingo "puede valer un gobierno" y aseguró que "es lo mismo" votarle a él que al candidato socialista a la Xunta, Emilio Pérez Touriño.
Ante unas 4.000 personas que se dieron cita en el recinto ferial de Amio, en Santiago de Compostela, el presidente del Ejecutivo central alertó de que si el secretario xeral del PSdeG y candidato a la reelección como presidente de la Xunta "no consigue el domingo los votos necesarios para ganar, el lunes ya no se podrá reparar".
Tras insistir en que "cada voto es decisivo", pidió a los "progresistas" que apoyen al que describió como "un gran presidente para Galicia" y definió la abstención como "la opción más triste de todas" y "la única esperanza que tiene el PP de ganar".
"Entrego toda mi energía para ganar las elecciones", proclamó Zapatero, quien defendió que votar a Touriño es "ir hacia delante" y que votar al PPdeG, al que se refirió como "el partido de Baltar", es "volver hacia atrás".
Apoyó esta afirmación en que el PP "tiene en sus filas y ríe las gracias a un político que ha insultado gravemente y de manera indecente a sus adversarios políticos como ningún dirigente de la extrema derecha europea", censuró en relación con una intervención del presidente de la Diputación de Ourense en la que llamó "maricón" al cabeza de cartel socialista por la provincia.
"Sé muy bien que la inmensa mayoría de los gallegos no aceptan que les represente gente como Baltar", celebró, y reiteró la petición al voto "en favor de la educación y el respeto", ya que, a su juicio, "no se puede consentir" una actitud "indigna e inaceptable" como la del popular.
ARGUMENTOS
Entre constantes aclamaciones de "presidente, presidente", Zapatero pidió el voto de los jóvenes "en favor de un paso más del cambio iniciado hace cuatro años". "Costó mucho trabajo conseguirlo y hay que saber mantenerlo", proclamó, y apeló también a "quienes padecieron la imposición y el caciquismo".
Del mismo modo, se refirió a las mujeres de Galicia, a las que recordó que "con cada voto se logra más igualdad y se defiende la paz y la libertad"; y a todos los gallegos, para lo que argumentó que la subida de las pensiones y la defensa de las prestaciones y las políticas sociales son obra de los socialistas.
"Un gran número de gallegos me dieron su apoyo para seguir gobernando España hace cinco años y hace cuatro. Hoy os quiero decir que para que el proyecto siga adelante, hay que votar al PSdeG el domingo", reclamó el dirigente socialista.
Por último, erigió a Touriño en "gobernante tolerante y buen demócrata" y reiteró su petición de voto esgrimiendo que los cuatro primeros años de su gobierno sirvieron para "lanzar el cambio" y que "los cuatro siguientes se dedicarán a hacer todas las cosas por las que han votado los gallegos".
COMPROMISO CON GALICIA
Zapatero terminó de ganarse a su público cuando utilizó la presencia de cuatro ministros gallegos en su gabinete para argumentar que Galicia "tiene una cantera como ningún otro sitio de España". "Cuando pienso en alguien para un puesto de responsabilidad que sea el mejor, casi siempre me aparece un gallego", lanzó a un público que no cesaba de aplaudir y vitorear, y esgrimió que esta asignación se debe a su vicesecretario general, el lucense José Blanco.
Contrapuso a Blanco con otro gallego, el presidente del PP, Mariano Rajoy, e ironizó con que el popular "se pone nervioso" frente a él porque "desde que coinciden en las cúpulas de ambos partidos, el PP no deja de ir hacia abajo y el PSOE de ir hacia arriba".
"A GANAR"
Finalmente, Zapatero se mostró "convencido de poder decir" que los socialistas "cumplieron con una Galicia que está cambiando". Así, volvió a apelar a los jóvenes que "hicieron posible el cambio en España" y que "sufrieron un trato impresentable durante la catástrofe del Prestige" y a las mujeres para animarlos a "votar masivamente" y a las mujeres.
"A ganar, Emilio, por la gente de tu tierra y por la gente del partido, que son estupendos. ¡A ganar, Emilio", proclamó, y avanzó que la actitud de su partido ante la victoria será "como ha sido siempre, con humildad y con la mano tendida".
RAJOY SE SUMA AL GRITO DE "CAMBIO" DE FEIJÓO
Por su parte, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, se sumó ayer al grito de "cambio" que ha repetido en todos sus actos de campaña el candidato popular a la Presidencia de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y, para justificar la "necesidad" de castigar a PSOE y BNG en las urnas, aseguró que, ante la crisis económica, los socios de la Xunta son "un peligro" y "una máquina de generar desempleo".
"Con esta gente no se va a ninguna parte", sentenció durante un mitin en Ourense ante más de 5.000 personas, donde, junto con Feijóo, Rajoy decidió cerrar la campaña electoral, acompañado de otros dirigentes nacionales, como la vicesecretaria de Organización, Ana Mato; o el secretario de Relaciones Internacionales, Jorge Moragas.
Así, se refirió al bipartito como "un paréntesis" ya que, tras recordar que empezó su carrera política en Galicia, aseguró que el de esta legislatura fue "el peor Gobierno de la historia". "Hay que cambiarlo y hay que poner a Feijóo", continuó, y repitió esta expresión varias veces a lo largo de su discurso.
El líder nacional se deshizo en elogios a Feijóo, a quien erigió en el "mejor candidato" y el "más listo", además de "competente, trabajador y eficaz". También reivindicó el papel del PP para hacer frente a la crisis económica. "No nos asustan las dificultades", garantizó, y puso como aval su gestión económica cuando los populares ocuparon el Gobierno central.
"ANTIPATRIOTAS"
"Sabemos hacerlo y volveremos a demostrarlo", sentenció y, frente a esto, acusó al PSOE de "hipotecar al país en 800 millones de euros al día". "¿Quién es ahora el antipatriota?", preguntó, mientras el auditorio gritó: "queremos trabajo".
También alegó que el bipartito "ha demostrado que no sirve" y, como prueba de ello, aludió al A-8 que utiliza el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, como coche oficial; a la urbanización conocida popularmente como 'villa PSOE'; y a las obras realizadas en la casa del conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, en San Amaro. "¿Por qué no nos explican eso?", retó, y también se preguntó "por qué no explican lo que pasa en Málaga", en relación a la operación contra supuesta corrupción en Málaga y Huelva.
Por otro lado, denunció el incumplimiento de la Ley de Dependencia y de las obras del AVE gallego, y también aludió a la imposición lingüística. De esta manera, defendió el derecho de los padres a educar a sus hijos "como les dé la gana", sin que venga "ningún listo" a decirles cómo tienen que hacerlo. "Libertad", proclamó, y el auditorio repitió el grito.
Tras todo esto, señaló que "cuanto antes" llegue el cambio político "antes se empezará a crear empleo". Así, enfatizó el "coraje, valentía y ganas" del PP para gobernar Galicia y, por esta razón, dio por hecha la victoria electoral. "Tenemos los mimbres, los cimientos, nuestra historia de compromiso con Galicia", manifestó, y pidió el "esfuerzo" de la militancia para conseguir, no sólo mantener los ocho escaños actuales, sino llegar a nueve.