Rajoy anuncia un recurso ante el Constitucional y Rouco reivindica «el derecho a nacer» de cualquier concebido
16.05.09 -
M. L. / C. C. MADRID/ La Verdad
16.05.09 -
M. L. / C. C. MADRID/ La Verdad
La polémica sobre la reforma de la ley del aborto irrumpió con fuerza en la campaña electoral de las europeas. Apenas veinticuatro horas después de que el Ejecutivo aprobara el anteproyecto de ley que contempla la interrupción voluntaria del embarazo en las primeras 14 semanas, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, anunció que presentará un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional (TC).
Entiende Rajoy que el nuevo texto legal es «contrario» a la Carta Magna y acusa al PSOE de «oportunismo político». Al recrudecimiento de la ofensiva popular contra la futura ley de plazos se sumó la Iglesia Católica. Su máximo responsable en España, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, reclamó «que no se le niegue a ningún concebido de mujer el derecho a nacer».
En la polémica terció un socialista, el presidente de la Junta de Castilla La Mancha, José María Barreda, quien expresó «a título personal y como padre» su desacuerdo con una ley que, con su articulado actual, permitiría que una chica de 16 años interrumpiera su embarazo sin el permiso paterno. El foco del debate se ponía en esta posibilidad, mientras que la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, reiteraba que el aborto «es una cuestión sanitaria más».
«Votaré en contra y la llevaré ante el Tribunal Constitucional, porque no es una ley que ayude a las mujeres; es contraria a la Constitución y el Gobierno lo sabe, porque hay varias sentencias del TC en ese sentido», afirmaba Mariano Rajoy en el acto electoral en el que participó en Córdoba junto al cabeza de lista del PP a las elecciones europeas, Jaime Mayor Oreja. A juicio de Rajoy estamos ante una ley mala «en el fondo y en la forma». «Es mala en el fondo porque hay que defender la vida, y en la forma, porque es puro oportunismo político para distraer de la crisis económica» dijo Rajoy.
Serenidad y seguridad
«Es inadmisible que a los 16 años te exijan permiso de los padres para hacerte un piercing o ir de excursión y un padre no pueda enterarse de si su hija aborta» afirmó Rajoy respecto de una de las disposiciones más controvertidas de la futura ley. «A esa edad, no te venden tabaco ni alcohol y la persona está aún en fase de aprendizaje, le puede faltar la serenidad y seguridad para decidir por uno mismo» afirmó el líder del PP.
«Lo que nos diferencia del PSOE -concluyó Rajoy- es que no hacemos nada de lo que no esté en nuestro programa electoral, y la ley del aborto no lo estaba en el del PSOE, que ha engañado a los españoles». «No iba en su programa electoral tal vez porque entonces no le convenía y ahora sí» dijo. «No hay nada más progresista que defender al ser humano, y la vida es el principal valor a preservar, de modo que las mujeres que pasan por esa situación difícil lo que necesitan es ayuda, afecto y cariño, y el objetivo debe ser trabajar para que ninguna mujer se vea en la necesidad de abortar» planteó.
«Dejar nacer a los hijos es el primer y fundamental deber del amor al prójimo, del amor al más necesitado», dijo por su parte el cardenal Rouco Varela en la homilía de la misa que ofició el viernes en honor de San Isidro, patrón de Madrid, y a la que asistió el alcalde popular de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón.
Entiende Rajoy que el nuevo texto legal es «contrario» a la Carta Magna y acusa al PSOE de «oportunismo político». Al recrudecimiento de la ofensiva popular contra la futura ley de plazos se sumó la Iglesia Católica. Su máximo responsable en España, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, reclamó «que no se le niegue a ningún concebido de mujer el derecho a nacer».
En la polémica terció un socialista, el presidente de la Junta de Castilla La Mancha, José María Barreda, quien expresó «a título personal y como padre» su desacuerdo con una ley que, con su articulado actual, permitiría que una chica de 16 años interrumpiera su embarazo sin el permiso paterno. El foco del debate se ponía en esta posibilidad, mientras que la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, reiteraba que el aborto «es una cuestión sanitaria más».
«Votaré en contra y la llevaré ante el Tribunal Constitucional, porque no es una ley que ayude a las mujeres; es contraria a la Constitución y el Gobierno lo sabe, porque hay varias sentencias del TC en ese sentido», afirmaba Mariano Rajoy en el acto electoral en el que participó en Córdoba junto al cabeza de lista del PP a las elecciones europeas, Jaime Mayor Oreja. A juicio de Rajoy estamos ante una ley mala «en el fondo y en la forma». «Es mala en el fondo porque hay que defender la vida, y en la forma, porque es puro oportunismo político para distraer de la crisis económica» dijo Rajoy.
Serenidad y seguridad
«Es inadmisible que a los 16 años te exijan permiso de los padres para hacerte un piercing o ir de excursión y un padre no pueda enterarse de si su hija aborta» afirmó Rajoy respecto de una de las disposiciones más controvertidas de la futura ley. «A esa edad, no te venden tabaco ni alcohol y la persona está aún en fase de aprendizaje, le puede faltar la serenidad y seguridad para decidir por uno mismo» afirmó el líder del PP.
«Lo que nos diferencia del PSOE -concluyó Rajoy- es que no hacemos nada de lo que no esté en nuestro programa electoral, y la ley del aborto no lo estaba en el del PSOE, que ha engañado a los españoles». «No iba en su programa electoral tal vez porque entonces no le convenía y ahora sí» dijo. «No hay nada más progresista que defender al ser humano, y la vida es el principal valor a preservar, de modo que las mujeres que pasan por esa situación difícil lo que necesitan es ayuda, afecto y cariño, y el objetivo debe ser trabajar para que ninguna mujer se vea en la necesidad de abortar» planteó.
«Dejar nacer a los hijos es el primer y fundamental deber del amor al prójimo, del amor al más necesitado», dijo por su parte el cardenal Rouco Varela en la homilía de la misa que ofició el viernes en honor de San Isidro, patrón de Madrid, y a la que asistió el alcalde popular de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón.
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