04.07.09 - 09:38 -
EFE MADRID/ la Verdad
El senador y tesorero del PP, Luis Bárcenas, implicado en el "caso Gürtel", presentará a Mariano Rajoy su dimisión si el Tribunal Supremo pide al Senado el suplicatorio, es decir, la autorización para investigarle por ser sospechoso de delitos de cohecho y fraude fiscal. Fuentes del PP han confirmado la intención del tesorero de la organización, cuya permanencia en el puesto obedece a muchos factores, aunque dos han pesado por encima de otros: la amistad personal con Rajoy y la influencia de varios pesos pesados del partido, especialmente Javier Arenas, uno de los principales asesores del presidente en este asunto.
Y esa amistad labrada con el paso de los años ha forjado entre Rajoy y Bárcenas una relación de mutua confianza, de tal modo, apuntan las fuentes consultadas, que el segundo ha reiterado su seguridad de en la investigación no habrá indicios que lleven a la Justicia a imputarle. El presidente del PP ha creído al tesorero hasta el extremo de mantenerle en el cargo pese a la oposición del "95% de las bases" del partido.
Rajoy es consciente del malestar de sus correligionarios, no tanto de la dirección, que ha apostado por entregar a su máximo mandatario toda la responsabilidad de la gestión de un caso que, según han destacado muchos miembros del partido, podría haberse desactivado hace tiempo. En el retiro de la localidad segoviana de La Granja de San Ildefonso, esta misma semana, Rajoy y su plana mayor debatieron el asunto sin disensiones: el presidente decidirá cuando lo estime necesario, y así se respetará.
La aparente firmeza en la defensa de Bárcenas es una opción que Rajoy ha elegido tras consultar a varias personas, a dirigentes de otras épocas y a los actuales, sobre todo Arenas. Las fuentes no precisan qué grado de influencia ha podido desempeñar el anterior tesorero, Álvaro Lapuerta, el predecesor y gran valedor de Bárcenas.
Bajo su manto protector, el actual tesorero entró en el Partido Popular, en cuya sede nacional trabaja desde hace 20 años, primero como gerente y ahora como responsable máximo del caudal financiero del PP. Las fuentes consultadas, con despacho en Génova, hablan de él como "una buena persona", de "carácter afable", "comprensivo" con las necesidades de la organización y alguien que antes de tomar cualquier decisión escucha atentamente.
Desde que en febrero de este año se conociera que en la investigación del "caso Gürtel", entonces instruida por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón su nombre figuraba entre las personalidades del PP posiblemente implicadas, Bárcenas atraviesa "un calvario" y "un fortísimo desgaste", hasta tal punto que ha perdido en dos meses 17 kilos. "Es un buen tipo, pero quizá esa apariencia de 'dandy' que tiene ha provocado que para muchos parezca un poco antipático, pero no lo es", puntualiza una fuente.
Sus apariciones por el despacho de la sede se han hecho más esporádicas desde que la investigación se poblara de indicios, primero en la Audiencia Nacional; luego, tras varias negativas, en la Fiscalía Anticorrupción, después en el TSJ de Madrid y ahora en el Tribunal Supremo. Por ello, una nutrida representación del partido reconoce ignorar qué empuja a Rajoy a mantener a Bárcenas. Sin embargo, el tesorero "está dispuesto" a dimitir de sus funciones si el Supremo pide el Suplicatorio.
"Está esperando a ver qué indicios marca el Supremo, si es que los marca; y si los marca, se irá; no está dispuesto a soportar más desgaste", concluye una fuente.
Y esa amistad labrada con el paso de los años ha forjado entre Rajoy y Bárcenas una relación de mutua confianza, de tal modo, apuntan las fuentes consultadas, que el segundo ha reiterado su seguridad de en la investigación no habrá indicios que lleven a la Justicia a imputarle. El presidente del PP ha creído al tesorero hasta el extremo de mantenerle en el cargo pese a la oposición del "95% de las bases" del partido.
Rajoy es consciente del malestar de sus correligionarios, no tanto de la dirección, que ha apostado por entregar a su máximo mandatario toda la responsabilidad de la gestión de un caso que, según han destacado muchos miembros del partido, podría haberse desactivado hace tiempo. En el retiro de la localidad segoviana de La Granja de San Ildefonso, esta misma semana, Rajoy y su plana mayor debatieron el asunto sin disensiones: el presidente decidirá cuando lo estime necesario, y así se respetará.
La aparente firmeza en la defensa de Bárcenas es una opción que Rajoy ha elegido tras consultar a varias personas, a dirigentes de otras épocas y a los actuales, sobre todo Arenas. Las fuentes no precisan qué grado de influencia ha podido desempeñar el anterior tesorero, Álvaro Lapuerta, el predecesor y gran valedor de Bárcenas.
Bajo su manto protector, el actual tesorero entró en el Partido Popular, en cuya sede nacional trabaja desde hace 20 años, primero como gerente y ahora como responsable máximo del caudal financiero del PP. Las fuentes consultadas, con despacho en Génova, hablan de él como "una buena persona", de "carácter afable", "comprensivo" con las necesidades de la organización y alguien que antes de tomar cualquier decisión escucha atentamente.
Desde que en febrero de este año se conociera que en la investigación del "caso Gürtel", entonces instruida por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón su nombre figuraba entre las personalidades del PP posiblemente implicadas, Bárcenas atraviesa "un calvario" y "un fortísimo desgaste", hasta tal punto que ha perdido en dos meses 17 kilos. "Es un buen tipo, pero quizá esa apariencia de 'dandy' que tiene ha provocado que para muchos parezca un poco antipático, pero no lo es", puntualiza una fuente.
Sus apariciones por el despacho de la sede se han hecho más esporádicas desde que la investigación se poblara de indicios, primero en la Audiencia Nacional; luego, tras varias negativas, en la Fiscalía Anticorrupción, después en el TSJ de Madrid y ahora en el Tribunal Supremo. Por ello, una nutrida representación del partido reconoce ignorar qué empuja a Rajoy a mantener a Bárcenas. Sin embargo, el tesorero "está dispuesto" a dimitir de sus funciones si el Supremo pide el Suplicatorio.
"Está esperando a ver qué indicios marca el Supremo, si es que los marca; y si los marca, se irá; no está dispuesto a soportar más desgaste", concluye una fuente.
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